domingo, 9 de noviembre de 2008

pensar en blanco

Después de muuucho tiempo sin escribir, he decidido volver. Me cuesta tanto ponerme... Hoy sí sé qué decir. Desde que encontré piso, he estado viviendo el día a día en París a mi estilo. Me levanto a las 8.30 aprox, a las 9.20 me voy a currar, a las 10 enciendo el ordenador y así empieza mi jornada laboral. Hasta las 15horas. Entonces, cojo mi bolso y vuelvo para casa. 30 minutos de metro dan para leer mucho. Ya llevo tres libros. Preparo la comida (procuro dejarla hecha, si no toca filete a la plancha o similar) y después... según vea: o me voy de compras, o he quedado con alguien para tomar café, o me voy a descubrir un rincón en concreto del que me han hablado, o me voy a hacer la compra, o me hecho la siesta. Todo lo hago a gusto, sin demasiada pereza, me siento bien conmigo misma, lo hago todo a mi manera, me siento libre. Completamente libre, sin ninguna carga.
Y como no tengo ninguna preocupación me dedico a pensar en mi futuro.
Si vine aquí era no porque el trabajo que me ofrecieran fuera el mejor. No me interesa demasiado. Llego, lo hago lo mejor que puedo, cumplo y me voy. Sin más. Estoy aquí para conocer gente, abrirme puertas, seguir viviendo en el extranjero y hacer lo que más me gusta. Informar, contar lo que ocurre, enseñar lo que el resto de la población no alcanza a ver.

Y pienso, y pienso y pienso... Y no sé por dónde buscar. Entonces pienso en blanco. Me hago preguntas, pero no encuentro respuestas.
Así que mientras espero a que alguien me lance una cuerda a la que agarrarme, seguiré buscando por París los mejores rincones para disfrutarlos con mi gente de aquí y con la de allí, con vosotros.

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