miércoles, 22 de octubre de 2008

Con una flor en el c…

Sí, ya sé. No es una expresión muy fina (yo tampoco lo soy demasiado, ¿no?) pero es la frase que me ha salido espontáneamente esta semana aquí varias veces. Primero, cuando fui a conocer mi lugar de trabajo, a mi jefe y… a mi compañera!! No sabía que había otra becaria, que además es española, cordobesa para más información. Muy maja y siempre dispuesta a ayudar. Buena gente, vamos.

La segunda vez que pensé –¡pero qué suerte tengo!, fue cuando encontré piso. Encontrar un techo bajo el que cobijarse en París parece y es, de hecho, más difícil de lo que puede resultar en cualquier otra ciudad. Dicen que lo normal, lo mínimo, son 15 días. Al mes, puedes encontrar ya algo. Son muchas visitas a antros lamentables, a casas bonitas en las que te proponen pagar 500 euros más gastos y dormir en un colchon delgadito en el salón (eso sí, te ponen una tela estilo: cortina del baño para separar las dos “habitaciones” y por “respeto a tu intimidad”. ¡¿Serán cabrones?!) Bueno, pues aquí me tenéis, batiendo récords. Los tres primeros días los pasé visitando estos sitios de los que hablo, haciéndome muchas ilusiones por momentos y llevándome otros tantos chascos que desmoralizan a cualquiera. Cual fue mi suerte llamar por teléfono a un amigo de Carmen Artero (de Sabi). A Carlos. Él lleva aquí dos años viviendo y mostró desde el principio muy buena disposición a ayudarme. ¡Y vaya si la tenía! Quedamos el sábado por la tarde, tomamos café y luego nos pusimos en su casa a buscar pisos / enviar emails como locos. A las 9 de la noche, después de haber mandado como 40 correos electrónicos, decidimos irnos a cenar a casa de un amigo suyo.

Llegamos a casa de este chico, prepara la cena, nos sentamos a comer y dice: -se ha ido el compañero de piso que teníamos. Era un guarro… Y Carlos le dice: ´-¿no estarás buscando coloc? (así es como se llama en francés al compañero/a de piso). Y él, Ludovic, puso cara de circunstancia y dijo sí. Y yo puse también cara de circunstancia y le dije: -yo estoy buscando. Y me dijo, -pues si quieres… déjame que le pregunte a mi primo que vive aquí también a ver si le parece bien, pero en principio, sin problemas! TOMA!!!! Claro, luego me enseña todo el piso y flipé. Mi habitación es grande, sobre todo si la comparo a los cuchitriles en los que estuve en Madrid y Toulouse. El salón… indescriptible.. no lo podéis imaginar hasta que no lo veáis. Al ser un último piso, el techo hace bajante (estilo buhardilla) y es todo una cristalera enorme! Y hay un árbol en medio del salón!! Muy fuerte.

Así que ahora mismo me voy para allí. Abandono este albergue y voy a alojarme en mi nuevo hogar.

Hoy parece que hay fiesta Erasmus. Ya empezamos como en Toulouse… Pero es que hay que conocer gente!! Mi hermana me dio un consejo cuando me fui de Erasmus: -Sal siempre, no te quedes nunca en casa, fiesta que haya, acude, porque así conocerás a todo el mundo… Vaya, que tampoco tuve que hacer mucho esfuerzo. Bueno, sí. Para levantarme todas las mañanas. Jaja

Ahora me he formalizado un poco más (creo) pero sigo queriendo conocer gente, así que tata, te haré caso. A seguir saliendo!

Hasta pronto. En la próxima entrega os cuento todas mis impresiones de estos días y de esta ciudad.

(Esto lo escribí el martes 21 aunque no lo he podido colgar hasta hoy jueves)